domingo, 21 de septiembre de 2014

CRIPTA DE LOS HEROES: Historia del monumento chileno a los caídos en la batalla de Tacna y asalto al Morro de Arica

Por: Juan Carlos Flórez Granda
Director - SEHCAP
jcflorezg@gmail.com

Hace algunos años circulan varias noticias sobre el abandono total que se encuentra un complejo de monumentos situados en Tacna llamado “La Cripta de los Héroes” y los reclamos que hacen las autoridades patrióticas para poner en valor una cripta piramidal que está en total estado de abandono.

Buscando mayor información encontré una página en Facebook titulada “Recuperemos la Cripta de los Héroes”. En esta indica que  “…La cripta de los héroes" es un monumento que está ubicado en el cerro intiorko de la ciudad de Tacna, fue inaugurado el 19 de setiembre de 1901, en honor a los caídos en la batalla del Alto de la Alianza. Hasta 1979 muchas generaciones de tacneños iban a ese lugar a rendir homenaje a los caídos en la batalla del 26 de mayo…” (Sic)

Cripta chilena en homenaje a sus héroes caídos en
las batallas de Tacna y Arica
Motivado por el estado de esta pirámide de metal me puse a investigar un poco más sobre su origen y resulta que fue el primer monumento que se hizo en ese campo. Por las fotografías de época, no existe evidencia física que muestre los otros dos monumentos que están al lado de esta pirámide por lo que se puede suponer fueron inaugurados en fechas posteriores.

La Cripta de los Héroes fue mandada erigir por el gobierno chileno en honor a los soldados “chilenos” caídos en la batalla de Tacna y en el asalto al morro de Arica. Tampoco es exacto que se haya inaugurado en 1901 sino al parecer entre 1909 y 1910.

En la revista Zigzag No. 268 del 9 de abril de 1910 encontramos lo siguiente:

“…El gobierno de Chile en recuerdo de la sangre derramada por sus hijos en los campos de batalla durante la guerra contra el Perú en 1879, mandó erigir una sencilla cripta de acero…” 
“…La cripta está coronada por una sencilla pirámide cuadrangular, toda blanca, con dos cañones entrelazados y una estrella. Mas arriba se puede ver una corona de laurel que encierra esta inscripción: Pro Patria 28 de Mayo de 1880…” En la nota parece que equivocaron la fecha que ha debido ser el 26 de mayo.

Lo interesante es que el comité Pro Patria fue el causante de la expulsión de 40,000 peruanos en Iquique y apareciera que sus redes también alcanzaban Arica y Tacna. En el libro “El Dios Cautivo: Las Ligas Patrióticas en la Chilenización Compulsiva de Tarapacá 1910 – 1922”,  en las páginas 82 al 89 se puede encontrar mayor información de esta liga chilena. Pero sigamos con la descripción  hecha por la revista.

“…En la época de la inauguración de esta cripta los curas peruanos de Tacna no quisieron solemnizar con la presencia de la religión este sencillo acto de agradecimiento…”. Y era lógica la reacción patriota de estos sacerdotes que posteriormente fueron expulsados ya que no podían ser parte de la cruel persecución, tortura y asesinatos de peruanos en las provincias que antes fueron peruanas y estaban en plena disputa en ese tiempo.

En la inauguración de esta cripta asistieron “Distinguidas damas y caballeros chilenos, muchos de los cuales visten con orgullo el uniforme que los acompañó en los campos de batalla”. Cabe resaltar que ningún peruano en esa época se hubiera prestado para asistir a una ceremonia chilena en territorio cautivo.
 
Foto de la inauguración. Nótese la bandera chilena flameando y las personalidades civiles y militares
mostrándose orgullosos para la foto.
Posteriormente se recogieron más cuerpos y fueron enterrados en la zona. No cabe duda que cercana a la posición del monumento todavía debe de estar esta fosa común.

Sinceramente este monumento, o lo que queda, debería ser parte de un intercambio o devolución como muestra de reciprocidad pero pienso que ni el gobierno ni las autoridades regionales tienen responsabilidad por el total abandono de esta. Chile nunca reclamó ese monumento hasta hoy día.

Foto cortesía: Néstor Soto Maldonado
Termino publicando fotografías de su estado actual, cedidas para este artículo por el  Sr. Néstor Soto Maldonado. Cito además las palabras finales de la revista Zigzag para que todo peruano sepa el origen de este, sobre todo los tacneños, y reflexionen realmente sobre el futuro que se le pueda dar. 





Foto cortesía: Néstor Soto Maldonado


“…Reproducimos las presentes fotografías no solo como una curiosidad digna de ser conocida, sino como un respetuoso recuerdo y homenaje para aquellos que supiéron defender su tierra y legarnos un pasado de glorias.
Ojalá que desde el sereno retiro de sus tumbas envíen los espíritus heroicos un aliento de fortaleza a nuestros hombres de gobierno, con el fin de que sepan defender con ánimo entero lo que ellos conquistaron al precio de sus vidas…”


domingo, 16 de marzo de 2014

Encuentro de armas de Acuchimay: Entre la ficción y la realidad.

Por: Juan Carlos Flórez Granda
Director del SEHCAP
jcflorezg@yahoo.com


Ayacucho es una provincia del Perú cuya importancia arquitectónica resalta entre todas. No por gusto fue llamada la ciudad de las Iglesias y como se dice, la importancia de una ciudad se da por el número de Iglesias que tiene. Su riqueza cultural pre hispánico, colonial y republicana la hacen uno de los centros culturales por excelencia en el Perú. En esta se alojaron importantes personajes de nuestra historia. Entre ellos, por citar a alguien contemporáneo, Simón Bolívar y también Andrés Avelino Cáceres, personaje que en cierta forma es parte de este artículo.

Dentro de esos sucesos históricos es común que las comunidades escenifiquen hechos relevantes que aporten un recuerdo vivo de lo acontecido, perennizando a través de las generaciones una especie de transmisión oral para así evitar el olvido.

Como sabemos en 1879 el Perú entró en una guerra que terminó ser fatal para nosotros y las heridas, a pesar de los años, aun no cicatrizan del todo. Dentro de este período podemos ver, en el caso de las escenificaciones, celebraciones por los combates de Marvacalle y Concepción, donde la comunidad entusiasta recrea las victorias frente a los chilenos, terminando en una fiesta comunal donde prosiguen las celebraciones de acuerdo a las costumbres de cada región. Últimamente existe una corriente dedicada a no olvidar o recrear ciertos sucesos relevantes donde el patriotismo ha salido a relucir. En algunos casos son escenificaciones alegóricas pero siempre teniendo en cuenta los hechos fidedignos.

Pero muy diferente es cuando se escenifica una ficción de algo que nunca ocurrió como lo representado el pasado 22 de febrero del 2014 (hace casi un mes atrás) en el cerro Acuchimay, con el título "Encuentro de Armas...Una batalla entre el Coronel Panizo y el Mariscal Cáceres por amor a nuestra patria", organizado por la Municipalidad Distrital San Juan Bautista de Ayacucho y auspiciado por instituciones como el Ejército Peruano, DIRCETUR, Universidad de Ayacucho Federico Froebel, Orden de la Legión Mariscal Cáceres, Compañía de Bomberos de Ayacucho, entre otros.

La nota de prensa de la Municipalidad indica lo siguiente:

“…Esta representación escénica fue un portal en el tiempo, que trasladó a más de tres mil turistas hacia el 22 de febrero de 1882; pues fue en esa fecha cuando dos grandes militares peruanos se enfrentaron. Por un lado, se encontraban las fuerzas del Coronel Arnaldo Panizo Avazolo (Jefe de las tropas del Sur de Perú). Por otro lado se encontraba el Mariscal Andrés A. Cáceres (Jefe de las tropas del Centro de Perú)…”

Como resumen genérico es aceptable. Lo que no es aceptable es que, viendo el vídeo, se puede apreciar a supuestos soldados chilenos (por la bandera chilena flameante) dando vivas a Chile y llevando preso a quien sabe (podría ser al general Cáceres y coronel Panizo). Una tremenda distorsión de los hechos y un desconocimiento total del tema teniendo en cuenta que los chilenos nunca se asomaron a Ayacucho tal como Panizo reiteradas veces se lo había hecho notar a Cáceres. Y la prueba sustancial es que después de este desafortunado encuentro entre peruanos, Cáceres se quedó por casi 4 meses en la zona reorganizando su ejército.


Consultando privadamente con fuentes relacionadas con algunos miembros de las instituciones que figuran en el afiche, ninguno sabía de la realización de este evento ya que no hay mérito alguno que se pueda sacar de un encuentro fratricida, la poca conveniencia de escenificarlo en un momento donde los  peruanos necesitamos unión y menos de la distorsión histórica que se ha hecho.

Si la intención ha sido realizar una alegoría indicando que por la desunión de los peruanos los chilenos ganaron, el encuentro de armas de Acuchimay no es un referente.

Si la intención es elevar la figura de Cáceres colocando a Panizo como chileno, mi opinión es que no necesita de falsedades para resaltarlo. Todo lo que se sabe del encuentro de armas de Acuchimay es lo que hemos estado publicando en la red y medios de comunicación a través de mi institución durante más de 12 años como forma de refutar lo publicado en nuestra historia oficial, y poner en valor ese acontecimiento no es un hecho de armas que justifique el  realizarlo.
Hoy con la abundante información existente de ambos personajes, Panizo y Cáceres, debemos encasillarlos cada uno en su contexto histórico y no seguir con el fanatismo casi ciego del bueno contra el malo.
Hace unos años se publicó en varios medios de comunicación el tema referido al encuentro de armas de Acuchimay debido a una respuesta a la versión oficial ya que no se tomó, para este caso, ninguna versión ni fuente contraria a la de las memorias dictadas por Cáceres. Pero sea cual sea la versión, en ninguno de los casos amerita una recreación ya que es un tema interno con connotaciones políticas y, como decía líneas arriba, solo ayudaría a crear más desunión.


Ayacucho tiene una riqueza histórica inigualable y puede escenificar mejores sucesos que dignifiquen a esa región y no valerse de metáforas o alegorías que a la larga será contraproducente para la memoria histórica. Tenemos, por ejemplo, la Batalla de Ayacucho el 09 de diciembre de 1824, último enfrentamiento armado entre el ejército patriota y el español para sellar definitivamente la independencia del Perú. Una recreación de esta batalla sería fundamental, sobre todo cuando tiene un final de unidad, por la naturaleza de su tratado. Otro tema con distinto matiz es el fusilamiento de María Parado de Bellido en la plaza de Huamanga el 27 de marzo de 1822 que prefirió la muerte antes que delatar a los patriotas que servían a la causa de la libertad. Estos son hechos ocurridos en nuestra historia y dentro de la circunscripción de este departamento.

El país no merece crear más divisiones. Busquemos temas de unidad entre peruanos en donde las nuevas generaciones puedan aprender y mirar el futuro con otro pensamiento.
No es malo recrear batallas. Lo preocupante es realizar una ficción y el claro ejemplo del encuentro de armas en el cerro Acuchimay es un hecho que, a costa de atraer al turismo interno, se vaya a distorsionar a tal punto nuestra historia para mostrar sucesos que ni en las mismas fuentes oficiales existen y, sobre todo, que instituciones de prestigio se presten a este evento sin conocimiento real de un suceso ocurrido entre peruanos en plena guerra externa.



domingo, 12 de enero de 2014

Por la verdad histórica en el Morro Solar. 13 de enero de 1881.


Juan Carlos Flórez Granda / Director SEHCAP
jcflorezg@yahoo.com

  
Conmemorando 133 años de la batalla de San Juan, es tiempo de dar crédito a algunas participaciones relevantes y establecer la verdad histórica de quienes tuvieron un rol sobresaliente, sobre todo en la resistencia del último bastión de la defensa peruana el 13 de enero de 1881: El Morro Solar.

Coronel Arnaldo Panizo meses antes de su muerte en 1892.
Se atribuye la defensa final al coronel Miguel Iglesias, jefe del 1er. Cuerpo del Ejército cuando realmente se le debe atribuir a él la defensa heroica de Chorrillos hasta su captura a las 12:30pm aproximadamente cuando, habiendo recuperado las posiciones de Santa Teresa, viéndose rodeado por el ejército chileno y sin tropas de refuerzo, no pudo junto con los restos de las fuerzas que lo acompañaban, retirarse hacia Miraflores, siendo capturado muy cerca del malecón.

A partir de ese momento la única fuerza móvil existente fue comandada por el coronel Arnaldo Panizo, quien junto con sus artilleros y restos de la división de Iglesias, agrupados por él, realizaron una sobrehumana defensa en la batería Mártir Olaya durante casi dos horas, hasta que la superioridad de las fuerzas la doblegaron.

No fue Miguel Iglesias el defensor del Morro ni estuvo nunca en las alturas sino el coronel Arnaldo Panizo. Tampoco Panizo estuvo subordinado a Iglesias ya que eran baterías de costa y accidentalmente sirvieron de apoyo al primer cuerpo del ejército. Numerosos relatos lo atestiguan. Ver artículo:



El Jefe de Estado Mayor, general Pedro Silva, consigna el parte de Panizo en su parte, mencionando lo siguiente:

“…El primer cuerpo de ejército estaba apoyado por las baterías de Chorrillos, de cuyos detalles sólo se podrá formar cabal idea en vista del parte del Comandante general de ellas…”

Los informes franceses, ingleses y americanos narran la resistencia hecha por los artilleros del Morro y creo que es tiempo de investigar, profundizar y mostrar las verdades históricas que han permanecido ocultas por años para poder así entender nuestra historia.

Termino esta pequeña reseña transcribiendo palabras del teniente coronel Nicanor Beúnza en su conferencia en la Escuela Militar de Chorrillos:

“…Si el general Iglesias es el héroe de la defensa, con la primera división del ejército peruano en Chorrillos, el coronel Panizo, que fué el alma de la resistencia en el último baluarte, las baterías de artillería, es el héroe del Morro Solar…”


 REPUBLICA PERUANA

 Comandancia General de las
Baterías de Chorrillos y Miraflores.


Lima, Febrero 9 de 1881.
 Sr. Jefe de Estado Mayor
De los Ejércitos:

S.G.:

El cumplimiento de mi deber me pone en el ineludible caso de dar parte a U.S. de la Batalla librada el 13 de Enero ppdo., entre las fuerzas de mar y tierra de la República de Chile y nuestro Ejército, en los campos de Villa y San Juan, en todo lo que se relaciona con las Baterías dependientes de esta Comandancia General; pero, antes de ocuparme de los detalles de ese acontecimiento, tan funesto para el porvenir de nuestro país, creo conveniente hacer aquí una ligera reseña de la situación topográfica que en las alturas de Chorrillos ocupaban las baterías a mis órdenes, las piezas con que estaban artilladas, las fuerzas que las servían, su armamento y la manera cómo me estaban apoyadas.

En la eminencia que une el extremo Sur de la bahía de Chorrillos, y el comienzo de la altura más culminante, denominada “Marcavilca”, se habían establecido dos baterías: la primera y principal, nombrada “Mártir Olaya”, estaba situada en la planicie más elevada del Morro de Chorrillos. Allí se habían montado dos cañones de a 70, sistema “Parrot”, en cureñas de correderas, sobre una plataforma de madera y con un intervalo, entre ellas, de ocho metros, a lo más, ambas giraban en un círculo completo y, desde luego batían tanto el mar como la campiña, en un radio de 4 a 5000 metros. Su situación relativa y la poca distancia que los separaba, impedían, como U.S. comprende, hacer sus fuegos sobre un punto dado, sin grave peligro para los artilleros. Todo el perímetro de la plataforma, que era rectangular, estaba cubierto con unas cuantas filas de sacos de arena, que apenas cubrían a la tropa hasta media pierna; se habían colocado ahí para desfigurar el terreno, más bien que para defensa de los proyectiles enemigos. En la pendiente que sólo, mira al mar, y sin poder ofender el valle, sobre una plataforma, también de madera, se había montado una pieza de a 500 libras, sistema “Rodman” y un poco más de avanzada y al pie del corte vertical que sirve de límite al mar, se había colocado otra pieza pequeña, de a 9, sistema “Withwoorth”, montada sobre una cureña de marina.

Composición de la batería "Mártir Olaya" . Investigación del autor.


La segunda Batería, denominada “Provisional”, estaba situada en una meseta que avanzaba hacia el valle, quedando oculta del mar por su retaguardia, sin ser vista más que por la bahía, dominaba toda la campiña y caminos que conducen a San Juan y Villa a Chorrillos, montaba dos piezas de a 32, largas, de ánima lisa, sistema antiguo, sobre cureñas de marina, en dos plataformas de madera y sin parapeto ni defensa alguna, pues la premura del tiempo no dio lugar para más. Podían ofender al enemigo en un radio de 3000 a 4000 metros.

Entre estas dos Baterías, había una distancia próximamente de 1000 metros y las desigualdades del terreno, en dicha extensión, les hacía imposible verse ni observarse entre sí.

Ubicación batería "Provisional". Investigación del autor.

La Caleta de “La Chira”, situada al sur de estas fortificaciones, se encuentra separada de ellas y oculta por una gran eminencia, que se levanta a inmediaciones de la Batería “Provisional”, denominada la “Marcavilca”. Desde su cima se domina y defiende, no sólo la caleta nombrada, sino todos los arenales limitados por el valle y el más recóndito repliegue, en todas las direcciones de un círculo y a una inmensa distancia. Era, pues, la llave de nuestras Baterías y, por consiguiente necesario, colocar allí artillería de menor calibre, que, al mismo tiempo que ofendía al enemigo a larga distancia, impedía todo desembarque por la caleta “Chira”; y apoyada por una fuerte División del Ejército, impedía fuese tomada por el enemigo, que con sus fuegos de infantería anularía, por completo, las Baterías de mi mando. En consecuencia y con gran trabajo, por un camino enteramente angosto, formado sobre la cuchilla que corre hasta la cima, se subieron 2 piezas de a 9, artillería de campaña, sistema “Clay”, y una ametralladora “Nordenfelt”.

Ubicación batería "Marcavilca". Investigación del autor.
Para el servicio de las dos piezas de la sección “Clay”, un Obús de a 12 de campaña y una ametralladora “”Claeston”, contaba con solo 36 matriculados de Chorrillos, 52 artilleros, 6 marineros y 80 reclutas del Departamento de Junín, que el día 11 me remitió S.E. el Jefe Supremo; de los cuales remití 25 a Miraflores, para la Batería “Alfonso Ugarte”, quedando en la de Chorrillos 55, quienes durante el combate, sólo pudieron ser empleados en proveer de municiones a los distintos puntos artillados.

Los matriculados, en número de 21, servían a la sección “Clay” y ametralladora “Nordenfelt”, a las ordenes del Capitán de Artillería D. Nicanor Luque; otros 15 servían la Batería “Provisional”, con un marinero y 5 artilleros a las órdenes del Capitán del Arma, D. Manuel R. Cornejo. Los 47 artilleros restantes y 5 marineros, ocupábanse en el servicio de la Batería “Mártir Olaya”. Para armar toda esa fuerza sólo contaba con 40 rifles “Remington”.

Como S.S. verá, no tenía un solo soldado de infantería que protegiese las dos Baterías “Mártir Olaya” y “Provisional”. En Marcavilca se hallaba la División del Norte.

Hecha esta manifestación, que me he creído enteramente necesaria, paso ahora a ocuparme de la manera cómo funcionaron estas Baterías, durante la batalla.

Serían las 5 y 30 am. Cuando un ayudante de las Baterías, mandadas por su primer Jefe, Sargento Mayor Dn. Manuel Hurtado y Haza, vino a darme parte de que el enemigo se batía con nuestro Ejército establecido en la línea. Inmediatamente me constituí en la Batería “Mártir Olaya”, acompañado del Sr. Coronel de Artillería Dn. José Ruesta y los ayudantes de esta Comandancia General, Subtenientes del Arma Dn. Gerardo Soria, Dn. Abel Ayllón y Dn. Alberto Panizo. Cuando llegué allí, Jefes, Oficiales y Tropa, se encontraban en sus puestos, listos para el combate y animados del mayor entusiasmo y decisión, esperando el momento de la prueba.

Seguido del Mayor Haza y de los ayudantes que antes me habían acompañado, pasé a la Batería “Provisional”, en cuyo puesto tampoco tuve nada que anotar, de allí ascendí a “Marcavilca”, que esos momentos hacía fuego sobre el enemigo. Al llegar allí, me dijo el Capitán Luque, que una de las plazas “Clay” y la ametralladora “Nordenfelt”, estaban inutilizadas. Un armero se ocupaba en trabajar en ambas armas, a fin de restituirlas al servicio, pero, desgraciadamente, ni el trabajo de éste ni el empeñoso interés del Capitán, produjeron resultado favorable alguno. Quedaba, pues, una sola pieza, que constantemente disparaba sobre la escuadra enemiga, unas veces, y otras sobre los regimientos que trataban de ascender a la posición. La División del Sr. Coronel Noriega, situada en esa planicie, defendía perfectamente bien su puesto. Las municiones de artillería iban escaseando. Inmediatamente mandé a  uno de mis ayudantes a la Batería principal, para que me mandaran una cantidad suficiente, orden que se ejecutó y cumplió en el término de la distancia, quedando dicha posición en las mejores condiciones de defensa.

Mientras tanto, ya el enemigo había ido batiendo y desalojando de sus posiciones a nuestro Ejército en la línea, desde San Juan a la Chira, y otros por los potreros y callejones de Villa, venía cediendo el campo, sin tener artillería que lo protegiese en su retirada. En el acto descendí de Marcavilca a la Batería Provisional. En el tránsito encontré a S.E. el Jefe Supremo, a quién dí parte de cuanto hasta entonces había acontecido en mi puesto, avisándole, al mismo tiempo, que iba a romper los fuegos en la Batería Provisional. S.E. siguió a Marcavilca, y los fuegos se rompieron en las mejores condiciones.

La Caballería e Infantería enemigas, parte en guerrilla, perseguían a una considerable fuerza nuestra, que, a órdenes del Señor Coronel Dn. Miguel Iglesias, venía en retirada y trataba de reorganizarla al pie de una “huaca” que domina el camino indicado, cerca del Panteón. Los fuegos de la Batería desalojaron al enemigo apostado y sus guerrillas, y el Coronel Iglesias con sus tropas, ya reorganizadas, emprendió un nuevo ataque y recuperó, a viva fuerza, sus perdidas posiciones, de las que más tarde volvió a ser desalojado, por las fuerzas del enemigo, por la falta de tropas de refresco que le protegiesen. Durante este tiempo, la Artillería enemiga nos hacía un nutrido fuego, cuyos proyectiles caían sobre nuestra posición. Allí se hallaba presente el Sr. Contralmirante Dn. Lizardo Montero. En estos momentos, recibí aviso del Mayor Haza de que parte de la Escuadra enemiga aparecía frente a la Batería “Mártir Olaya”. En el acto marché a ese punto, llegando en circunstancias de que este Jefe, con el cañón de 500 libras rompía los fuegos sobre la Cañonera Pilcomayo y la lancha Toro, que ya disparaba, también  sobre esta Batería. Como una hora duró este pausado cañoneo, sin producir resultado alguno, retirándose en seguida dichos buques, para no aparecer más. Eran las 8 a.m.

La artillería enemiga, dueña de las magníficas posiciones que habían tomado en San Juan y Villa, nos hacía fuertes descargas sobre las Baterías, que eran contestadas vigorosamente, sosteniendo un cañoneo de más de dos horas, que nos causó algunas victimas. Mientras tanto, el enemigo, entrando por el camino últimamente abierto, entre San Juan y Chorrillos, trataba, con fuerzas de Infantería y Caballería, en número considerable, de apoderarse de esta Villa.

En la Escuela de Clases había un Batallón nuestro que les hacía fuego, y en el camino que de este edificio conduce al Barranco, se reorganizaba, también, otro batallón nuestro.

En el acto hice dirigir los fuegos sobre el enemigo, con tan buen efecto, que por tres veces fue rechazado hasta la embocadura del citado camino. En este largo intervalo de tiempo, ambos batallones se replegaron al Barranco.

En este momento, y con gran sentimiento, vi que condujeron herido, en una camilla, al valiente Capitán de Artillería Dn. Nicanor Luque. Tenía una pierna rota. Me dijo que Marcavilca quedaba resistiendo bajo buenos auspicios que habiéndose inutilizado el montaje de la única pieza “Clay”, que quedaba, había tenido que desmontarla y cambiarle la cureña de la que antes se había descompuesto, y que, al ser herido quedaba al mando de dicha pieza el Subteniente Alvarez Calderón, perteneciente al Batallón Ayacucho No. 5.

Serían las 12 y 30m. Cuando conocí que los momentos eran cada vez más difíciles, que no contaba con fuerza alguna de infantería para defender mis posiciones, y que a la Batería de a 32 la batían crudamente. En estas circunstancias, mandé a mi ayudante, Subteniente D. Gerardo Soria, fuese a buscar a S.E. el Jefe Supremo y le hiciera presente nuestra situación y la necesidad que tenía de fuerzas de Infantería, para la defensa y sostén de mi puesto. Largo rato después, dicho oficial trajo la noticia de que S.E. se había marchado a Miraflores, donde se había replegado el Ejército, y que el enemigo estaba cerca de la población.

Desde las primeras horas de la mañana, y careciendo de puesto en la línea, se hallaban a mis órdenes 30 hombres armados con Remington y con muy pocas municiones, pertenecientes a la sección de Ingenieros del Ejército del Norte, a las órdenes del Capitán D. Fabio Rodríguez, con unos cuantos subalternos más, les hice desplegar en guerrilla, a fin de poder batir, aunque a pecho descubierto, las avenidas más importantes de la posición.

La ametralladora “Clayton” se había inutilizado a los primeros disparos. El Mayor Haza, que personalmente manejaba esta arma, tuvo al fin que abandonarla y hacerse cargo del Obús de a 12, de campaña, para batir, ya de cerca al enemigo, cuya infantería había ocupado las avenidas del Malecón y la que desemboca al camino de zig-zag que conduce al Morro.

La Batería Provisional había sido tomada a sangre y fuego por la falta de infantería que la protegiese. La División de Marcavilca, dominada por el enemigo, dejaba su posición y descendía, precipitadamente, parte por la pendiente situada entre su posición y la Batería Provisional, hacia la población, y del resto por encima del Morro, con la misma dirección. El enemigo había coronado Marcavilca y, en guerrilla, hacía fuego sobre dicha División, impidiendo que se reorganizara, haciéndole infinitas bajas.

Los artilleros de nuestras Baterías eran diezmados, al extremo que los Jefes y Oficiales de esta Comandancia General, así como los de la Baterías, servían, desde entonces, las dos piezas “Parrot” que, junto con el Obús de a 12, eran las únicas que batían con metralla al enemigo, que instante por instante, arreciaba más sus fuegos y nos encerraba casi en un círculo, pues no teníamos más parte libre que las ásperas pendientes que conducen a la playa.

En estos momentos, caían heridos el Coronel de Artillería Dn. José Ruesta, que valerosa y espontáneamente, había solicitado un puesto en el combate, y el valiente Teniente del Arma Dn. David León.

Desde ese momento, la situación se hizo insostenible. Cien hombres más o menos, sin parapeto alguno, casi agotadas sus municiones, y sembrado el campo de muertos y heridos, con que se tropezaba a cada paso, eran impotentes, a pesar de su valor, para combatir con numerosísimas fuerzas, que por todas partes nos asediaban. En tales condiciones, llamé aparte al Mayor Haza y le ordené que, personalmente, prendiera fuego a una mecha de duración, de que, anteladamente se había dotado al polvorín; la órden fue obedecida inmediatamente; la tropa se apercibió de ello antes de tiempo y sin esperar mis órdenes, para retirarnos unidos, pues la mecha nos daba tiempo suficiente, y alarmado con el peligro que suponían inmediato, sin que yo ni los Jefes y Oficiales que se hallaban a mi lado, lo percibiésemos, en su veloz retirada nos precipitaron de la pendiente hasta la playa, en donde algunos quedaron víctimas de su temeridad.

No sin algunas contusiones, pudimos emprender la retirada en medio de la tropa dispersa, por el canto de la playa con dirección a Miraflores, a replegarnos a la Batería “Alfonso Ugarte”, también dependiente de esta Comandancia General; pero, desgraciadamente, el enemigo nos cortó la retirada, haciéndonos algunas víctimas más, y tomándonos prisioneros, pocos momentos después.

Al terminar este Parte, no puedo menos que manifestar a U.S. el patriotismo, valor y entusiasmo, con que han llenado su deber, durante la Batalla, todos los señores Jefes y Oficiales y tropa que consta en las relaciones acompañadas a los Partes de los señores Jefes de las Baterías a mis órdenes, así como el Cirujano y sus subordinados. En cuanto a la Batería Alfonso Ugarte, cuyo parte también acompaño, aunque no tuve el honor de verla combatir, por estar ya prisionero, los antecedentes de los Jefes y Oficiales que las defendían, en la jornada de Miraflores, y el Parte del Jefe del detall, manifiestan perfectamente, su digno y valeroso proceder.

 Dios Guarde a Ud. Sñor. Gnral.

Firma: Arnaldo Panizo

Batería "Mártir Olaya" días después de la batalla. Estas fueron voladas por el ejército chileno. Nótese que la boca del cañón va hacia el suelo. Esto se debe a la ausencia del culote del cañón ( la parte posterior), originando el quiebre del punto de equilibrio y yéndose todo el peso hacia el ánima del cañón.


Ayacucho, Noviembre 1º. De 1881.

Benemérito Sor. Contralmirante
Ministro Gral. De Estado

S.M.

En cumplimiento de la órden verbal de S.E. el Presidente, tengo el honor de elevar á manos de U.S. la relación nominal por clases de los S.S. Jefes y Oficiales que pertenecieron á la Comandancia General y Baterías de Chorrillos y Miraflores y que combatieron en las jornadas del 13 y 15 de Enero último, distinguiéndose por su valor y patriotismo; razón por la que fueron recomendados á la consideración del Supremo Gobierno en el parte que tuve el honor de elevar al E.M.G. de los ejércitos el 9 de Febrero del presente año.

En mi humilde juicio Sor. Ministro, y después del estudio que he tenido costumbre de hacer siempre de los jefes y oficiales que me han estado subordinados, creo que con excepción de los oficiales: Cavero, Balaguer y Torres que sin embargo de su buen comportamiento en la jornada de Miraflores, no reunen las aptitudes necesarias para el desempeño de clases superiores. A estos puede el Supremo Gobierno acordarles otro género de premio; Los demás que reunen todas las condiciones que requiere la honrosa carrera de las armas, se han hecho  indudablemente acreedores al ascenso inmediato, salvo el mejor acuerdo de  S.E. el Presidente.

Dios Guíe á U.S.

B.S.G.A.

Arnaldo Panizo
Ayacucho, Noviembre 6 de 1881.


Vista la calificación de aptitudes ordenada al Coronel Arnaldo Panizo, de los Jefes y Oficiales de la dotación de las Baterías “Mártir Olaya” y “Alfonso Ugarte” en Chorrillos y Miraflores, que se hallaban bajo sus órdenes, el 13 de Enero del corriente año, de cuyos Jefes y Oficiales, el mayor número há hecho además la Campaña del Sur, con buena nota, concurriendo parte de ellos, a la gloriosa batalla de Tarapacá, el 27 de Noviembre de 1879, por la cual el Capitan Don Gabriel Delgado fue ascendido á esta clase.
Atendido el valeroso comportamiento de todos los dichos Jefes y Oficiales en las jornadas del 13 y 15 del mes y año referido;

SE RESUELVE:

Ascender:- á Tenientes Coroneles efectivos de Artillería de Ejército, a los Sargentos Mayores, José Ernesto Diez, Manuel Hurtado y Haza, Manuel Carrera y Manuel Alegre; los tres primeros con la antigüedad del 27 de Noviembre de 1879 y el último con la de 13 de Enero del presente año.
A Sargentos Mayores efectivos, de la misma Arma y de Ejército, á los Capitanes Nicanor Luque y Gabriel Delgado, con la antigüedad de 27 de Noviembre de 1879 y de 15 de Enero último, el segundo.
A Capitanes efectivos de Id. Id. Á los Tenientes Pablo Odriozola, Pedro Lopez y Manuel Rodolfo Cornejo; los dos primeros con la antigüedad de 27 de Noviembre de 1879 y el tercero, con la de 13 de enero del año actual.
A tenientes efectivos de Id. Id. Id. Á los Sub Tenientes Belisario Beunza, Nicanor Beunza y Pedro Carlin, los dos primeros, con la antigüedad del 13 de Enero y el último con la de 15 del mismo mes del corriente año.

Conferir la clase de Sub Tenientes de Artillería de Ejército, a los de este empleo temporales, Abel Ayllón, Gerardo Soria, Manuel Forcelledo y Enrique Abasolo, todos con la antigüedad de 13 de Enero último.

Y POR CUANTO:

El Cirujano temporal de 1ª. Clase Doctor Julio Becerra, el practicante Bachiller Federico Gal y el Farmacéutico Francisco Guzmán, se han conducido dignamente en la Batalla del 13 de Enero del corriente año, en el morro de Chorrillos, donde cayeron prisioneros:

SE DECLARA: que han contraido merecimiento, el cual será tomado en consideración, al hacerse la calificación del Cuerpo de Sanidad Militar. Regístrese y Comuníquese.


Firma:  Aurelio García y García.


Relación nominal por Clases de los S.S: Jefes y Oficiales pertenecientes á la Comandancia Gral. Y Baterías de Chorrillos y Miraflores que asistieron á las Batallas del 13 y 15 de Enero último.
COMANDANCIA GENERAL

Sargto. Mayor       de Art. D. Ernesto D. Canseco         Jefe de Detall
Sub Tente. Temp.  de  Id.  “   Abel Ayllon                       Amanuense                            Prisionero
Id.                          de  Id.  “   Pedro Carlin             Ayudante
Id.                 Id.     de  Id.  “   Alberto Panizo                Id.                                      Prisionero
Id.                 Id.     de  Id.  “   Gerardo Soria                  Id.                              Prisionero

BATERIAS DE CHORRILLOS

Sargto. Mayor       de Art. D. Manuel  y Haza               1er. Jefe                                     Prisionero
Sub Tente. Temp.  de  Id.  “   Manuel Alegre                2do. Id.                                      Id.
Capitan                   de  Id.  “   Nicanor Luque                     Jefe de Pieza       Herido y Prisionero
Teniente                 de  Id.  “   Manuel Cornejo              Id.   de Id.                       Id.     
Sub. Tente. Temp   de  Id.  “  Manuel Forselledo         Oficial de Polvorín               Id.
Id.                  Id.      de  Id.  “  Enrique abasolo             Oficial de Pañoles                Id.

BATERIA DE MIRAFLORES

Sargto. Mayor       de Art. D. José E. Diez                    1er. Jefe                                       
    Id                       de Id.   D. Manuel Carrera              2do. Jefe
Capitan                 de  Id.  “    Gabriel Delgado                            Id. de Pieza
  Id   graduado      de  Id.  “    Pablo Odriozola                          Id. de Id.
Capitan Provisional  subteniente    Ramon Cavero                         Id.  de Id.
Teniente                de  Id.  “   Pedro Lopez                             Id.  de Id.
Capitan Provl.       de  Id.  “  Alejandro Torres             Oficial de Pañoles               
Tente. Temp.         de  Id.  “   José M. Balaguer              Id.   de Polvorín.   
Sub. Tente. Temp   de  Id.  “  Belisario Beunza           Ayudante.

AGREGADOS

Corl. Gdo.      de Art.  D. José Ruesta                          Herido y Prisionero
Tente. Temp.  De Art. D. Nicanor Beunza                                       Id.

SERVICIO SANITARIO

Cirujano de 1ª. Clase Temp.. Dr. D. Julio Becerra         Prisionero
Practicante Bachiller                    D. Federico Gal              Id.
Farmaceutico                                D. Francisco Guzmán    Id.


Ayacucho, Noviembre 1º. De 1881

Firma: Arnaldo Panizo.