Por: Juan Carlos
Flórez Granda
Director SEHCAP
Hasta que por fin tuve tiempo
para darme el gusto de ir al cine. Esta vez a ver los cortometrajes “Soldado
Desconocido” y “Reducto” en la sala de cine de la Biblioteca Nacional del Perú.
Para comenzar fue una grata impresión entrar a una sala casi llena, cosa que no
se ve en este tipo de realizaciones culturales.
Por mi formación reconozco que
tengo manía por fijarme en las ediciones, encuadres, luces y producción de
cualquier película. Defecto que ha ido afinándose a través de los años.
Ambos cortos logran el
objetivo de plasmar la problemática del día a día del soldado común, las
diferencias de clase, el racismo y de alguna forma mostrar la compleja
idiosincrasia del hombre común de la época. El guion bien tratado, La edición
es aceptable y teniendo en cuenta los pocos personajes que participan en los
cortos, logran suplir estos con encuadres cerrados y bien logrados. La luz es
buena y a mi juicio, lo mejor: se ha procurado tener un vestuario acorde. La
rigurosidad de estos ha sido vital para lograr compenetrarse con la trama.
Realmente felicito esa producción. Las actuaciones y los doblajes son
aceptables pero susceptibles a ser mejorados siempre en futuras muestras de
corte educativo.
La verdad me ha dado mucho
gusto ambas producciones y felicito a Hamilton Segura Farfán por el logro,
aplicando con escaso presupuesto todo tipo de recurso y creatividad para llevar
un corto sencillo con buenos resultados, teniendo en cuenta lo difícil que es
hacer cine en el Perú. El público en todo momento ha disfrutado de estos
rodajes y las escenas “pícaras y románticas” han cumplido el objetivo de
compenetrar más al público.
La película en sí es un
llamado de atención a la integración, inclusión y unidad y en ese sentido, el
posterior conversatorio debería ser enfocado en esa línea. La generación del
XIX adoleció de unidad, pero ya han pasado más de 130 años y seguimos mirando
hacia atrás, tildando de traidores, cobardes, etc., a algunos personajes y en
cierta forma reviviendo un revanchismo utópico que a nada conduce sino a seguir
amargándonos.
Tenemos el ejemplo de Japón,
que pese a haber perdido en la 2da. Guerra, asimiló y aprendió de sus errores
para convertirse en una potencia tecnológica. Alemania hoy es una potencia
económica. En el Perú seguimos mirando al pasado y lamentándonos de la derrota
cuando deberíamos aprender y evitar volver a caer en lo mismo.
Cortos como “Reducto” y
“Soldado Desconocido” son unas muy buenas propuestas educativas, incluso para ser
mostrada como complemento en los cursos de historia peruana, que tanto adolece
el programa educativo, mostrando ese desequilibrio social que hoy está casi
erradicado en una Lima integrada culturalmente.
Si el primer corto “Soldado
Desconocido” nos plantea esa desigualdad, “Reducto”, nos muestra con la batalla
de Miraflores, el inicio de esa unidad, donde casi todos sus habitantes
pusieron el hombro defendiendo su territorio junto a hombres y mujeres de todas
las clases y regiones del país.