viernes, 4 de enero de 2008

El ocaso del Soldado Desconocido




EL OCASO DEL SOLDADO DESCONOCIDO

Juan Carlos Flórez Granda (*)


La desidia y la incompetencia de las autoridades encargadas del mantenimiento de nuestros monumentos ha llegado a tal punto de abandono que en el verano del 2007, mientras realizaban maniobras militares en la playa de “Agua Dulce”, se robaban las últimas placas de bronce del monumento a Miguel Iglesias. Hoy en día la estatua que está encima de su pedestal puede tranquilamente representar la situación de abandono de nuestras fuerzas armadas. Pero ese fue el primer aviso. El monumento que está detrás de Iglesias, el principal y más emblemático en el Morro Solar de Chorrillos también sufrió, a mediados del 2007, el robo de todos sus bronces. Estamos hablando del Monumento al Soldado Peruano, más conocido como el del “Soldado Desconocido”, dejándolo como reza su nombre: “desconocido”.
La municipalidad de Chorrillos, a pesar de contar regularmente con el patrullaje de su Serenazgo y teniendo los antecedentes de robos anteriores, solo atinaron a retirar el último bajo relieve existente en el mencionado monumento debido a las constantes quejas, bajo la excusa de darle mantenimiento.

Hagamos, pues, un recuento histórico de esta ultrajada obra conmemorativa de la pasada guerra con Chile. Solo entendiendo el por qué de su creación comprenderemos su importancia.

Por Resolución Suprema emitida el 18 de noviembre de 1921 se determinó erigir un monumento con la finalidad de conmemorar al soldado peruano que combatió el 13 de enero de 1881 en San Juan, Chorrillos y Morro Solar, defendiendo la integridad y la honra nacional.
Un día antes, es decir el 17 de noviembre, también por Resolución Suprema, se había nombrado una comisión que se encargaría de dirigir y presenciar la recolección de restos humanos yacentes en el campo de San Juan, compuesta por los Tenientes Coroneles José Manuel Román, Federico Hurtado y por el Mayor Domingo Risco. Estos restos serían depositados en cajas de madera y sepultados al pié del monumento. El grupo en mención logró reunir veinte cadáveres de soldados peruanos encontrados en el cerro “Zig Zag” que fueron enterrados el 27 de noviembre, en solemne ceremonia de colocación de la primera piedra, con la asistencia del Presidente de la República Don Augusto B. Leguía y junto a estos se depositó, dentro de un tubo de aluminio, un acta certificando la autenticidad de los cuerpos escrita en papel de pergamino y firmada por los miembros de la comisión.

Unos días después, en diciembre del mismo año y aprobados los planos del monumento, se encargaría al escultor peruano Luís F. Agurto la realización de los modelos para la fundición de todos los bronces con la colaboración de la Escuela de Artes y Oficios.

El 31 de enero de 1922, por Resolución Ministerial, se crea una Comisión conformada por el General Juan N. Eléspuru y los Tenientes Coroneles Nicanor Beúnza y Vidal Panizo, con la intención de determinar “las inscripciones que deben contener las placas destinadas al monumento erigido en el Morro Solar”. Esta comisión, en trabajo conjunto con el fotógrafo peruano Eugenio Cánepa, recorrió toda la línea de batalla a fin de establecer las ideas y recuerdos que se presentarían al escultor Luís Agurto para las alegorías. Es por ello que fuera de la placa principal, se prepararon tres bajo relieves indicando cada una de las etapas: San Juan, Chorrillos y Morro Solar.

La inauguración oficial tuvo lugar el 27 de julio de 1922 con la concurrencia de importantes personalidades del gobierno y fuerzas armadas. Desde ese momento y en cada año se ha celebrado esta especial ceremonia.

Han pasado 86 años y el abandono ha caído sobre este monumento, a pesar de haberse institucionalizado todos los 13 de enero mediante la Ley No. 27749 como el “Día del Soldado Desconocido”,. El olvido que ha sufrido, patrimonio de todos los peruanos, es una herida muy grande para los que amamos nuestro pasado. Ni el ejército ni la municipalidad de Chorrillos han tomado cartas en el asunto a pesar de haber, el que escribe, denunciado y advertido el hurto de las placas del monumento a Miguel Iglesias. El siguiente paso, el robo de los bronces del Soldado Desconocido, se veía venir y solo era cuestión de tiempo. No hablamos de una pequeñez sino de bloques pesados de bronce que ha tomado tiempo sacarlos a vista y paciencia de todos.

Hoy día en el Morro Solar están abandonados y saqueados estos dos monumentos, que más parece un recuerdo o alegoría del saqueo chileno a la población de Chorrillos y un insulto a los cuerpos enterrados al pié de este. No se entiende, a menos que haya otras oscuras intenciones como la idea de borrar todo vestigio arqueológico e histórico para librar al Morro Solar de la categoría de “Monumento Histórico”, el abandono y la incompetencia de las autoridades para hacer algo al respecto.
Es tarde. Solo quedan fotografías como recuerdo. La policía puede hacer las investigaciones del caso y capturar a los culpables de este saqueo pero el daño ya está hecho a menos que aún no hayan sido fundidas estas históricas placas de bronce.

En la próxima ceremonia cívico militar del 13 de enero, donde conjuntamente con la Municipalidad de Chorrillos pretendan rendir un homenaje más, el tenor de este debería ser el pedir perdón a esos veinte soldados enterrados al pié del monumento que representan a todos los valientes que lucharon en la pasada batalla de San Juan y que para vergüenza de las autoridades encargadas de su mantenimiento, no hicieron nada para evitar el robo a pesar de las advertencias.


(*) Publicista e investigador de la Guerra del Pacífico.
Presidente de la Sociedad de Estudios Históricos Coronel Arnaldo Panizo (SEHCAP).